Las dificultades del "emprendimiento" en España

La actual crisis económica caracterizada por una falta de financiación tanto a particulares como a empresas, consecuencia de las dificultades propias del sector financiero, el continuo anuncio de compañías en concurso de acreedores, la antigua figura de suspensión de pagos, las anunciadas reestructuraciones de plantilla de empresas de toda naturaleza, incluso alguna de ellas con beneficios récord de explotación, y las cifras de desempleo que ahora se sitúan por encima del 21% de la población activa, hacen que el emprendimiento necesite de un urgente y nuevo enfoque.

Les recomiendo el último informe GEM (Global Entrepreneurship Monitor). Un proyecto que nació en el año 1997 como una iniciativa de la London Business School, del Babson College y del Imperial College con la intención de establecer una red internacional de investigación en el entorno de la Creación de Empresas. Una iniciativa pionera, utilizando el significado francés de la palabra “entrepreneur”, que ha hecho del actual del proyecto GEM un referente en la investigación del fenómeno emprendedor en todo el mundo, de enorme utilidad para la elaboración de políticas que busquen el fomento de la actividad emprendedora.

Por no entrar en detalles y perdernos en un mar de porcentajes, cifras y comparaciones entre variables, si decir que es representativo de la realidad que pretendo comentar, el emprendimiento en España.

Representativo por el número de países representados, más de la mitad de la población, por el elevadísimo porcentaje del PIB mundial, y porque se han tenido en cuenta a millones de emprendedores, en todas las distintas fases en las que puede estar una empresa, desde la fase inicial de negocio hasta la fase de consolidación, todos ellos están inmersos en la aventura de una actividad empresarial.

Lo que hace del informe, además de una muy valiosa herramienta para investigadores, una útil referencia para cuantos quieran acceder a el (www.gemconsortium.org), es que sus datos nacionales, de España en nuestro caso, pueden ser comparados con los obtenidos tanto en el mismo entorno económico o región como en otros más alejados, y proporcionar elementos de análisis sobre la importancia e incidencia que tiene el emprendimiento en el desarrollo económico y social de una sociedad. Las variables que analiza son de distinta naturaleza, el estado del entorno para emprender, la magnitud de las partes que integran el proceso de emprendimiento, las actitudes de la población ante el emprendimiento, las características de las iniciativas emprendedoras y su financiación.

El último informe vuelve a reflejar que nos encontramos dentro de los niveles más bajos de la serie histórica registrada en los últimos años.

El nuevo TEA, Total Entrepreneurial Activity, (dato que tiene en cuenta toda aquella actividad empresarial, negocio e incluso autoempleo que se pone en marcha en cualquier sector y que no supere los tres años y medio de actividad) en comparación con los países de nuestro entorno hace que la posición de referencia de España no sea "de las mejores" de nuestro entorno. Más bien nos encontramos en el polo opuesto. 

Existe una tendencia que viene marcada por el aumento en el número de trabajadores autónomos, probablemente, como consecuencia directa de un elevado desempleo y no como variable que se pueda explicar por el emprendimiento.

Una de las principales causas puede encontrase en la recurrente restricción del crédito financiero, que no solamente está condicionada por la crisis financiera internacional sino por el elevado endeudamiento público y por el acelerado crecimiento de la deuda de las administraciones públicas que hace que el flujo de financiación se destine a satisfacer esa deuda, cada vez más abultada y exigente, en lugar de destinarse a otros usos como por ejemplo a la iniciativa emprendedora o a la financiación del capital circulante de miles de PYMES.

El colectivo con mayores dificultades de acceso al crédito, pequeñas empresas, comercios de detalle y autónomos, para asegurar su funcionamiento recurren a otras vías de financiación alternativa. Son los llamados inversores informales o a lo que en el ámbito anglosajón se conoce como las tres “F” (Friends, Family, Fools) amigos, familia y a “los ingenuos, incautos” o bienintencionados que confían, personalmente, en quien les pide ayuda.

De hecho, según diversa fuentes, cuando se recurre a la familia para financiar un nuevo proyecto de emprendimiento ésta llega a aportar por encima del 50% de todas las necesidades de financiación, teniendo en cuenta que sólo lo hacen poco menos de la mitad ya que el resto las cubren con recursos propios.

Los “Business Angels” están teniendo una mayor presencia en esta fase inicial. Un agente económico que profesionaliza la gestión y la viabilidad del potencial negocio.

España ocupa las posiciones con peores puntuaciones en el capítulo de “condiciones del entorno” o "Doing Business" según distintos informes internacionales (por ejemplo del Banco Mundial). Nuestro país vuelve a estar en las posiciones de cola si atendemos a las clasificaciones por las facilidades que presentan para hacer negocios. Sólo un par de ejemplos de las variables observadas: la facilidad de apertura de un negocio y el registro de propiedades.

En este punto sólo comentar una experiencia muy cercana. En la gestión de una de las empresas que asesora nuestro despacho QLC, llevamos desde primeros del mes de abril esperando la inscripción registral de la sociedad (y cuando se publica este  artículo estamos a finales de mayo)  

En lo subjetivo, los emprendedores coinciden en que la situación actual es “muy difícil”. Los datos objetivos nos ayudan a comprender ese juicio colectivo. Cuando como media en los países de la OCDE se necesitan algo más de 13 días y 5.6 trámites para abrir un negocio, en España se necesitan, una media de 47 días y 10 trámites. Y si el coste para poner en marcha una compañía en el ámbito de la OCDE, según el Banco Mundial, representa un valor próximo al 5% de la renta per cápita, en España se eleva, en torno, al 15%. Casi tres veces más…

Las soluciones las podemos intuir por contraste a lo expuesto. Se podría comenzar diciendo que es urgente controlar y después reducir el nivel y la velocidad del endeudamiento público para contar con mayores posibilidades de financiación, reducir, hasta lo imprescindible, los trámites administrativos para el comienzo de la actividad económica, estudiar cómo se puede reducir la carga fiscal que soportan las compañías de nueva creación, mejorar la formación específica del emprendedor mediante acciones formativas, soportes en la gestión, tutorización y acompañamiento tanto en sus fases de lanzamiento como de consolidación (esfuerzo que estamos implementando desde Qualitas Lex Consulting), pero sin olvidar que también tenemos que recorrer, como sociedad, un largo camino en la propia percepción del emprendimiento y del emprendedor, como agente creador de riqueza y de empleo, así como el concepto social del miedo al fracaso.

Es sintomático que más del 50% de los que declaran su intención de emprender no lo hacen por miedo. El cierre de un negocio además de sus consecuencias económicas y personales conlleva una penalización social. Con frecuencia se nos olvida que los emprendedores son personas que lo arriesgan todo por un sueño, una visión o una idea y parece que se enfrentan a una dura disyuntiva o el éxito a la primera o el desdén social, la tacha por no haber acertado a la primera.

¿Cuántas veces necesitó Edison ensayar hasta encontrar la composición final del filamento de la bombilla eléctrica?, ¿cuántas compañías tuvo Richard Brandson antes de Virgin?, o ¿Anita Roddick antes de The Body Shop?.

En otros entornos culturales, el que lo intenta aunque se equivoque tiene el respeto de la comunidad. Entienden que de la sola exposición al riesgo o de la gestión real negocio se aprende, y valoran que se intente de nuevo, tomando todas las medidas correctoras aprendidas, por supuesto, pero asumen que sólo se aprende en gerundio. A emprender, emprendiendo…

 

Artículo realizado por Javier Espina Hellín CEO QLC SLP