La internacionalización de la educación: ¿cómo afecta la globalización al mercado educativo?

Fenómenos como la descentralización, la deslocalización de los medios de producción, el “outsourcing” o la globalización ya no son una novedad y se han incorporado, progresivamente, a nuestro vocabulario y a nuestra vida laboral hasta convertirse en algo cotidiano. La educación no ha sido una excepción sino, muy probablemente, el primer paso en ese nuevo itinerario por el que transita el universitario de hoy. De hecho, iniciativas como el programa Erasmus ya es una realidad formativa consolidada y extendida a treinta y un países del espacio económico europeo, Islandia, Liechtenstein, Noruega, Suiza y Turquía.

Sin embargo, la globalización como nueva dimensión de gestión aconseja la adopción de estrategias de internacionalización que nos enfrenta, parafraseando a uno nuestros académicos, el profesor Jean Marc Colanesi, con la paradoja global/local, es decir, una estrategia de marca que nos permita participar en un mercado, mucho más amplio que el tradicional o doméstico, conjugando los dos pilares que lo hacen paradójico:

  1. Lo “global” buscando economías de escala y
  2. “local” capitalizando los activos de la marca adquirida

Sin perder de vista que, además, existen dos nuevos factores de cambio. Un nuevo perfil universitario y un entorno cada vez menos predecible por la enorme velocidad a la que evoluciona y que podrían venir definidos por los siguientes atributos:

  • La ingente capacidad de búsqueda de información sobre programas (nacional/local vs internacional/global), universidades, países, etc. en múltiples y complementarios soportes con un destacado puesto del uso de internet.
  • La posibilidad de acceso, en tiempo real, a colosales volúmenes de información, su acumulación y la velocidad en su procesamiento, comparación de la oferta en su conjunto y el nuevo papel de “prescriptor” que juega en la transmisión y realimentación del sistema que acaba de utilizar (personal/ uso de redes sociales, foros, etc.)
  • La continua actualización de la oferta formativa por parte de los diferentes oferentes (universitarios) y la articulación de atractivas fórmulas académicas que hacen mucho más sencillo que en el pasado la obtención de dobles títulos o un periodo adicional al calendario escolar a través de “stage”/”interships”/”trainee” o prácticas en compañías y empresas del país anfitrión.
  • La superación de las limitaciones espaciales clásicas y definidas por el entorno cercano del lugar en el que vive (ciudad) o al que pertenece como ciudadano (país). Es el mundo pequeño, “small world”, en donde todo está al alcance de un avión.

Todo en su conjunto, reta al mundo académico a una constante evolución que nos obliga a redefinir los conceptos básicos de tiempo y espacio no sólo en la educación superior sino también en ámbitos como la investigación o la movilidad docente.

El poder del trabajo comunitario, incluso en modelos transnacionales, bajo un esquema bien programado, planificado y consensuado con los diferentes equipos de la investigación conjunta es inmenso; al tiempo que se reducen los costes operativos, financieros, de oportunidad…

Los modelos que más frecuentemente nos encontramos conjugan diferentes actores en su diseño. Juntos trabajan instituciones/universidades públicas y organismos/centros universitarios/escuelas de negocios privados que se agrupan persiguiendo un único objetivo: un proyecto conjunto de investigación o una doble titulación en el grado o postgrado.

Sirva el ejemplo que impulsé en ESIC: el proyecto de implantación de programas máster en Latinoamérica a través de un modelo de codirección.

Exportamos un modelo propio que adaptamos a las necesidades específicas en cada uno de los países en los que tenemos presencia, que gestionamos mediante equipos mixtos formados por nuestros docentes y los profesores de cada una de nuestras universidades socias.

Nuestro objetivo era: entregar un “valor añadido real” a los profesionales que buscan una formación de postgrado.

En este tipo de proyectos, la experiencia nos dice que una de las claves está en la perfecta conjunción de todos los elementos que intervienen. La figura del director del programa, en cada institución, es esencial. De ellos depende la selección de los profesores/doctores que intervendrán al frente de cada una de las asignaturas que componen el “syllabus” o programa académico y, de su diseño, para que todo encaje perfectamente como en un gigantesco puzle: temas, ejercicios, casos, documentaciones, horarios, viajes y un sinfín de pequeños detalles que no pueden quedar fuera de ese control.

La etapa más laboriosa de todo el proceso, es el establecimiento de ese programa académico o “syllabus”. Tiene que observar y cumplir, fielmente, los requerimientos que son marcados por las instituciones académicas, de cada uno de los países, de acuerdo con los diferentes estándares nacionales. Aspecto nada sencillo, ya que en muchos casos esos criterios son distintos y son medidos por unidades no homogéneas. Por tanto, las direcciones académicas de ambas instituciones se concentran en la mutua convalidación y homologación de cada una de las materias contenidas en el plan de estudios. Descomponen cada materia, que les son entregadas como un todo, en sus diferentes partes esenciales para poder contabilizar, según el criterio vigente en cada país, las horas de dedicación del alumno, en trabajo personal y en estudio, las horas de clase en aula y extensión de los trabajos realizados para encontrar una equivalencia consistente.

Aun así, todo no está hecho. Es necesario consensuar las diferentes herramientas académicas que serán utilizadas para la evaluación tanto de los alumnos como de los profesores a lo largo del programa. Para cada uno de los módulos se han preparado casos, ejercicios y test ad hoc.

En definitiva, la calidad, la excelencia, la justa distribución de esfuerzos y el compromiso con la empleabilidad de los alumnos son una obsesión que hacen posible que los sueños se conviertan en una realidad accesible.

Artículo realizado por Javier Espina Hellín CEO QLC SLP