Sin miedo a la exageración podemos decir que la transformación digital y la evolución de nuevas tecnologías como el Big Data, Business Analytics (BA) y Business Intelligence (BI), nos permiten asomarnos a nuevos modelos de negocio que basadas en enormes cantidades de datos nos facilitan la toma de decisiones como nunca antes.
Todos ellos, el Big Data, Business Analytics y Business Intelligence, tienen el horizonte común del análisis de datos para la extracción de la mayor información posible, pero con sutiles diferencias entre ellos.
Señalar, de manera sintética diremos, que el enfoque del BI (Business Intelligence) se centra en el pasado porque en el histórico de la compañía (objeto del análisis) encuentra “patrones analíticos” que explican su desarrollo mediante herramientas que acceden a un conjunto de datos clasificados, preparados y almacenados en un servidor. Por lo que se muestra muy útil en la detección de errores operativos.
Es el Business Analytics (BA) el que pone su mirada en el futuro. Nos ayuda a crear un “futurible” con modelos predictivos, basados en tendencias e indicadores macroeconómicos, que ayudarán a quienes toman las decisiones en la empresa a delinear nuevos caminos, desarrollar las estrategias que lo harán posible y no cometer los fallos, que ya se han identificado, en el futuro. Para el BA, por tanto, no son relevantes las estadísticas internas como en el caso del BI.
Por último, el Big Data tiene su expresión en la captura y procesamiento de datos estructurados y no estructurados, (macrodatos o datos masivos) con el vector de optimizar decisiones encontrando “patrones repetitivos”.
Situación actual
Podríamos afirmar que la falta de conocimiento objetivo o la ignorancia de nuestro propio pasado nos conduce a la debilidad estructural que, en términos empresariales, significa insostenibilidad, irrelevancia e, incluso, a la desaparición o muerte de la empresa.
"Lo único que le da a una organización una ventaja competitiva, lo único sostenible, es lo que sabe, cómo usa lo que sabe y qué tan rápido puede saber algo nuevo". (Laurence Prusak, Director de Gestión del Conocimiento, IBM Institute)
Es necesario, de nuevo, subrayar que la transformación digital es considerada como una iniciativa estratégica clave, pero esta no es posible sin el análisis de datos que sólo se puede hacer, consistentemente, con las herramientas que nos ofrecen el Big Data, la Inteligencia y el Análisis de negocio, .
Como antes señalábamos, mediante el análisis de gran cantidad de datos, estructurados o no, e información en “bruto” y desconexa (obtenida en distintos departamentos) de la compañía somos capaces de ofrecer información y conocimiento de alto valor para la toma de decisiones operativas, comerciales y estratégicas de la empresa.
La diversidad de los datos “estructurados” recogidos en la empresa cliente es ingente por las innumerables interacciones e intercambios, formales e informales, que dentro de la organización y de sus Stakeholders podemos recoger. Generalmente, provienen de los distintos softwares internos de la compañía: bases de datos, programas financieros, de RRHH, gestión documental, ERP, CRM, etc.
En muchos casos los ERP y CRM, que ya tienen incorporados nuestro clientes, cuentan con software de BI integrado: Microsoft (con su módulo P powerBI), Oracle (con OBI e Hyperion) o SAP (con su Business Objects) lo que facilita nuestra tarea inicial y abarata los costes de desarrollo.
Es por esto, por lo que, en estos momentos, incluso la PYME tiene a su alcance el poder que le otorga la información y que gracias al BI se convierte en conocimiento objetivo al servicio de la toma de decisiones.
Hasta no hace mucho tiempo, este tipo de desarrollos de Inteligencia de Negocio sólo estaban al alcance de las grandes corporaciones por el alto coste de su desarrollo.
Sin embargo, resulta paradójico comprobar la poca atención e importancia que en la empresa se presta a la “creación de conocimiento” como única fórmula sostenible para mantener la ventaja competitiva en el mercado en el que operan.
No comprender que convertir los datos en oportunidades de negocio que aceleren la toma de decisiones empresariales, “consistentes”, es mejorar resultados, procesos o reducir al mínimo “aceptable” los riesgos e incertidumbres de la organización parece imposible en la segunda decena de nuestro siglo.
Las incertidumbres pueden representar riesgos u oportunidades y, por tanto, el potencial de destruir o crear valor.
Con el BI, BA y el Big Data hacemos frente a esa incertidumbre cuando conectamos, modelamos y visualizamos datos y, con ello, optimizamos nuestra capacidad de generar valor.
Un valor que se maximiza cuando se alcanza el equilibrio entre los objetivos de crecimiento, la rentabilidad de la inversión y el nivel de seguridad necesaria para controlar los riesgos asociados.
¿Cuánto podemos aguantar nuestra ventaja competitiva si somos más lentos, que nuestros competidores, en aprender aquello que necesitamos saber para continuar creciendo? o ¿en qué punto nos encontramos respecto a la mejora de nuestro conocimiento organizacional?
Es esencial poder responder a estas preguntas en un entorno de tanta incertidumbre como la actual.
Necesitamos fortalecer el proceso de toma de decisiones en un contexto extremadamente dinámico con datos actualizados del sector al que pertenecemos y con las posiciones de nuestros más inmediatos competidores.
El objetivo es poder hacer correlaciones entre todos los datos analizados, encontrar sutiles relaciones (que de otra manera resultaría imposible) y poder presentar comparativas de rendimiento, a medida de cada cliente, que contribuyan a aumentar su rendimiento, la eficiencia de los diferentes procesos internos y mantener la ventaja competitiva (que les ha traído a este presente) para extenderla en el futurible proyectado.
¿Cómo trabajamos dentro de la compañía?
Es necesario saber que trabajamos en distintos niveles con nuestro cliente según la naturaleza del encargo.
El equipo de trabajo relacionado con el Big Data está compuesto por perfiles profesionales de disciplinas como las matemáticas y la ingeniería y, todos ellos, se integran en dependencia del Chief Tecnology Officer (CTO) o equivalente.
Los equipos de Business Intelligence (BI) y Business Analytics (BA) trabajan de manera muy estrecha con la Dirección General de la compañía, el Chief Executive Officer (CEO) o con la Junta Ejecutiva o Consejo como órgano de la empresa encargada de la definición estratégica, por lo que los profesionales que forman estos equipos provienen de ámbitos como la economía o la administración y dirección de empresas.
No obstante, y aunque los equipos trabajan en departamentos diferentes, a todos les une el objetivo común de ayudar a la empresa a ser mejores, más competitivos y longevos.